AMARG
El otro día hablábamos de las carencias de nuestro Ejército del Aire.
Pues bien, cada vez que surge este tema, parece inevitable pensar en el AMARG. Tras estas siglas se esconde el 309th Aerospace Maintenance and Regeneration Group, o lo que es lo mismo, un ingente depósito de aviones localizado en la base aérea de Davis Mothan en Tucson, Arizona (por cierto, algo parecido, aunque en dimensiones megalómanas, a lo que un grupo de empresarios está haciendo con el aeropuerto de Teruel)
Parece ser que Tucson y la sequedad de su clima reúnen unas magníficas condiciones para almacenar todo tipo de aviones que el gobierno de los Estados Unidos ya no necesita. La lista es interminable. Pero si alguno quiere consultarla en detalle, puede descargársela aquí.
Hablábamos el otro día de nuestra carencia, por ejemplo, de aviones cisterna. El avión cisterna por excelencia de la USAF durante las últimas décadas ha sido el KC-135, y seguirá siéndolo hasta que BOEING comience a entregar los primeros KC-46 (injustos ganadores de un concurso que debería haber sido para AIRBUS y su A330 MRTT).
Pues bien… en el AMARG hay almacenados 170. Algunos de ellos listos para volver al servicio activo en caso de guerra o… de una compra a precio de saldo por parte de un fiel aliado de Washington.
Pero no sólo de KC-135 vive el hombre. Podemos encontrar F-16…
…C-130…
… o P-3 Orión, que harían un muy buen servicio bajo las expertas manos del grupo 22 del Ejército del Aire, ahora que la guerra antisubmarina parece estar de nuevo en alza.
Los aviones llegan al AMARG volando, normalmente, y pasan por un estricto proceso de “embalaje” para conseguir un alto grado de conservación. Sus circuitos de combustible e hidráulicos son vaciados, limpiados y rellenados con un aceite de conservación. Los grupos de alta presión son purgados. Cualquier elemento susceptible de hacer “envejecer” a la aeronave se extrae. Posteriormente, los aviones son envueltos en un compuesto de vinilo conocido como Spraylat, del que se aplican dos capas que protegerán al artefacto volador del polvo, animales, insectos, y sobretodo, de la exposición solar. Por último, son ordenados por zonas según el tiempo necesario para hacerlos volar de nuevo: los hay que pueden alzar el vuelo en cuestión de días y otros a los que sólo espera el desguace.
Pero no es oro todo lo que reluce. Sin ir más lejos, la Armada adquirió dos “carrocerías” de SH-3 para obtener piezas para los Sea King de la 5ª Escuadrilla y sin embargo -según los rumores que circulan en los foros- estas células estaban tan hechas polvo que apenas sirvieron para obtener unos cuantos repuestos.
En cualquier caso, el AMARG es un lugar peculiar, único en el mundo. Los que tengáis la suerte de visitar en algún momento de vuestras vidas Tucson, AZ, no olvidéis que hay tours guiados por el cementerio. El resto debemos contentarnos con explorar el lugar a través de Google Earth.
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