Consejo CORONAval-01
Querido lector,
El COVID-19 nos ha cogido de sorpresa a todos. A toda la población mundial. Nadie estaba preparado para una pandemia de semejante magnitud, y eso a pesar de tener la suerte de tener el mejor sistema sanitario del mundo. No obstante, hay cosas que no se pueden prever y, por supuesto, son tremendamente difíciles de gestionar. Desde FUERZA NAVAL nos gustaría mostrar nuestro más sincero agradecimiento y reconocimiento a todos aquellos que, dentro de su sector, están dejándose la vida (en algunos casos literalmente) para que consigamos vencer a este nuevo enemigo.
En estos difíciles y extraños momentos es cuando más falta hace toda la ayuda que cada uno, dentro de sus posibilidades, pueda aportar.
Ya lo dijo Emmanuel Macron en el discurso a la nación: “Estamos en guerra”. Pero esta guerra es completamente diferente a las que hemos conocido hasta el momento. Diferente en múltiples aspectos. Tenemos un enemigo invisible. Un enemigo que no entiende de Derecho Internacional Humanitario, ni de Derechos Humanos, ni de raza, sexo, color de piel o nivel económico. TODOS estamos amenazados por igual.
Y dado que estamos en guerra, porque lo estamos, debemos actuar como tal. TODOS y cada uno de nosotros. En esta guerra TODOS somos soldados. Tú, yo, el vecino del quinto, el enfermero, la dependienta de la panadería…y podría seguir hasta englobar a TODOS.
Permitidnos, pues, que desde estas líneas nos dirijamos a vosotros, soldados, con el único objetivo de compartir una serie de consejos que estamos seguros os van a ayudar en vuestro día a día. A vosotros, a vuestras familias, a vuestros seres queridos y a la sociedad en su conjunto.
Esta nueva situación de confinamiento, con una amenaza vírica que no sabemos dónde está ni de dónde viene, con recursos escasos, gran preocupación, estrés, etc. es habitual en un buque de la Armada. Tened en cuenta que cualquiera de los buque que ha estado desplegado en el Mediterráneo luchando contras las redes ilegales de tráfico de migrantes está más que habituado a este entorno. Cuando tienes una embarcación a la deriva repleta de personas que están a punto de zozobrar (y que quizás puedan ser portadores de ébola, malaria o cualquier otra enfermedad) tienes que tomar decisiones, actuar y no poner en peligro a tu propia dotación; todo ello en escasos minutos. Para todo ello, y más, existen protocolos perfectamente planificados y depurados con lecciones aprendidas (nadie está exento de cometer errores ni puede saber absolutamente todo), horas previas de adiestramiento en la mar y mucho, pero mucho, compromiso y voluntad de servicio. Tanto estos protocolos específicos como los usos y costumbre de la Armada, que guían la conducta y las actividades diarias de los marinos en la mar, son los que han permitido hasta la fecha cumplir la misión con éxito, rescatar a miles de personas de morir ahogadas y de proporcionarnos las seguridad que necesitamos para conservar nuestro estado de bienestar (seguridad que estos días, desgraciadamente, se ve amenaza).
Ahora la misión está aquí, en mi casa, en la tuya, en la de TODOS nosotros. Así pues, desde FUERZA NAVAL queremos compartir con todos vosotros todos, soldados, aquellos consejos que han ido forjando el carácter de los marinos de la Armada Española, y que han ayudado y ayudan a superar con éxito las largas temporadas de confinamiento a bordo de nuestros buques, cumpliendo con la misión y luchando contra múltiples enemigos; algunas veces visibles y otras no.
Durante los próximos días iremos subiendo nuevas publicaciones que podrán se de utilidad en vuestro día a día. Hoy comenzamos con el primero, con el más básico:
NO TE LAMENTES NI TE QUEJES
Una de las muestras más visibles de la conocida como “mamparitis” (término utilizado por los miembros de la Armada para designar a aquellas actitudes inapropiadas provocadas por el confinamiento, la distancia a tus seres queridos, el agotamiento físico o el estrés entre otros) es la lamentación y las continuas quejas en público.
Ten en cuenta que TODOS somos conscientes de que la situación no está bien, que posiblemente no se están haciendo algunas cosas bien o, simplemente, no están saliendo como nos gustaría. Ya sabemos que tienes razón, pero no merece la pena cabrearse por aquello que no puedes controlar, que no está a tu alcance. Tenemos a nuestros mejores hombres y mujeres dando absolutamente todo, y luchando contra viento y marea. En hospitales, supermercados, tiendas de productos de primera necesidad, en camiones, en las calles patrullando, etc.
Piensa que la gente lo está pasando mal, y que si tú estás leyendo este post es porque no estás en la UCI de cualquier hospital (y eso en el mejor de los casos, cuando no en un pasillo por falta de espacio). Piensa que hay muchos profesionales, de diversos sectores, que están trabajando duramente para que podamos sobreponernos a esta situación. Pasando sueño, frío, necesidades, lejos de sus familias, exponiéndose al virus, etc. Siempre va a haber alguien peor que nosotros, así que si tus palabras no son de apoyo, de ánimo, o simplemente una buena propuesta para ayudar a solucionar alguno de los problemas que tenemos es mejor que no digas nada y muestres tu mejor sonrisa. Mas vale un “ánimo! y gracias” que un “qué mal lo están haciendo todo”.
Lo dijo el otro día el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, con más de 40 años de servicio a sus espaldas: “Disciplina, espíritu de sacrificio y voluntad de vencer”. Esencial para vencer a nuestro enemigo, sin lugar a duda. El pueblo que pierde la voluntad de vencer, ya está vencido.
Así pues, las lamentaciones y las quejas únicamente van a minar la voluntad de vencer, y por tanto nuestra capacidad de sacrificio y disciplina. Además, y como el virus, es tremendamente contagioso. Así que si quieres aportar algo positivo para combatir a este enemigo, empieza por ti mismo. No te lamentes ni te quejes (al menos públicamente. Es normal que tengamos malos momentos, y tampoco somos perfectos. Pero esos los dejamos para nosotros).
Dicho así parece muy sencillo, pero la realidad es que tú, yo y todos tenemos nuestros problemas que, al fin y al cabo, son los nuestros y por lo tanto los más importantes. Así que si quieres vencer a tus problemas, empieza por afrontarlos con una actitud positiva. Sal de tu rutina y haz algo que realmente te relaje. Haz ejercicio físico. Ayuda muchísimo, y está demostrado clínicamente.
Quizás no puedas salir a la calle a correr 10 km (de hecho, no puedes), pero sí que puedes correr en cinta, subir a la terraza de tu edificio o, simplemente, ponerte un video de ejercicio cardiovascular en tu casa. Te dejo alguna propuesta en este link . Ojo!! Quizás no lo acabes, y si lo haces terminarás agotado. Pero eso es bueno. Después de oxigenar cuerpo y mente tendrás otra visión de tus problemas y, sobretodo, estarás más relajado para afrontarlos con inteligencia.
Ya ves, una simple acción como NO LAMENTARTE NI QUEJARTE es vital en estos días. Las lamentaciones y las quejas en espacios confinados son multiplicadores exponenciales del malestar general y, por ende, nos llevan ineludiblemente a la derrota. Y por supuesto, por supuesto, por supuesto… No se te ocurra llenar tus grupos de whatsapp o tus redes sociales con contenido negativo. No es el momento de quejarse de los políticos, el centro sanitario, el supermercado o de cualquiera; Ni de viralizar esos contenidos. Sonrisa, cabeza alta y a por ello. #ConEstoTambienPodemos #ZafarranchoDeCombate #StopFakeNews