DCNS se hace con el contrato de los submarinos australianos
Australia ha confirmado que la francesa DCNS es la ganadora de un contrato valorado en 34.000 millones de euros para la construcción de doce submarinos llamados a sustituir a sus seis unidades de la clase Collins.
El modelo elegido, denominado SHORTFIN BARRACUDA, es una versión de propulsión diésel-eléctrica del futuro submarino nuclear de ataque francés BARRACUDA. Se trata de un buque de 4000 toneladas de desplazamiento, 99 metros de eslora, mástiles no penetrantes, propulsión mediante pump-jet y timones en cruz.
El contrato incluye la transferencia de tecnología y la construcción en Adelaida de los doce submarinos, lo que supondrá 2.800 puestos de trabajos directos y más de 30.000 indirectos. La experiencia francesa en este campo (construcción en astilleros extranjeros y transferencia de tecnología) ha sido clave en el proceso de selección, donde otros competidores como la alemana TKMS o el consorcio japonés formado por KAWASAKI-MITSUBISHI habían presentado también sus proyectos. Navantia, que en su día optaba a este multimillonario contrato y que tenía una buena posición de partida tras haber construido dos LHD y tres DDG para el país austral, tuvo que retirarse discretamente al revelarse los problemas de diseño del S-80.
Sin lugar a dudas el hecho de que la balanza se haya inclinado hacia la opción francesa garantiza la polémica durante los próximos días. Desde Fuerza Naval, a pesar de no conocer los detalles del contrato, consideramos la decisión como poco acertada.
El programa australiano ha estado condicionado, principalmente, por la necesidad de construir un submarino con un gran radio de acción. No se trata únicamente de una cuestión de autonomía, de capacidad de combustible o víveres. Se trata también de habitabilidad. En palabras de Andrew Davies, director del Instituto Australiano de Política Estratégica, las opciones alemana y japonesa no tenían en cuenta la necesidad de acomodar a una dotación lo suficientemente grande como para garantizar los relevos y, por tanto, el descanso de los submarinistas. Literalmente, menciona que “el hecho de que los japoneses sean más bajos que los australianos ha jugado en contra del Soryu”.
Desde Fuerza Naval consideramos, sin embargo, que las opciones alemana y japonesa tenían mucho que ofrecer. Por un lado, ambos son países con una gran experiencia en construir submarinos de conocida reputación. Puede que el reto de construir en el extranjero fuera algo nuevo para Japón, que nunca se ha embarcado en una empresa de exportación militar de este calibre. Pero Italia y Grecia han fabricado submarinos alemanes bajo licencia.
Además, los sistemas AIP alemanes y japoneses son conocidos por sus buenos resultados, frente a los módulos MESMA franceses, que sólo están funcionando a bordo de los Agosta B paquistaníes y cuya eficiencia está en duda. Por otro lado, el constructor alemán ofrece mayor flexibilidad a la hora de adaptarse a los sistemas de armas elegidos por el cliente, e incluye entre sus opciones el torpedo DM2A4, considerado el torpedo pesado más capaz en servicio. Los submarinos japoneses, por su parte, ya operan el Sub-Harpoon y un torpedo similar al MK48 americano: el Tipo 89.
La Royal Australian Navy, que sigue una tradición eminentemente “americana”, tendrá una más que probable preferencia por misiles como el Sub-Harpoon o el torpedo Mk48 ADCAP para equipar a sus submarinos. Se trata de armas probadas (frente a las supuestas virguerías que incorporarán los torpedos F21 franceses) y que ya existen en su inventario. Es cierto que DCNS puede intentar integrar un sistema de combate y armas americanas a bordo del SHORTFIN BARRACUDA. El problema es que no lo ha hecho nunca (y esto es algo en lo que Navantia podría haber destacado).
En cualquier caso, desde Fuerza Naval (como observadores ajenos a consideraciones políticas), creemos que dadas las necesidades australianas (preferencia por equipos y armas americanos, necesidad de una gran autonomía y de una buena habitabilidad) la opción más acertada habría sido la de reducir el programa a seis submarinos de la clase Virginia americana. Existen artículos de prensa que aseguran que el ofrecimiento existió, dada la buena relación entre Washington y Camberra. Sin embargo, la más que probable reacción del pueblo australiano en contra de la construcción de submarinos con propulsión nuclear hizo desechar esta opción. De esta forma, la RAN perdía la oportunidad (ya que los fondos para un programa de esta envergadura existían) de pasar a formar parte del selecto club de poseedores de SSN, un arma con unas capacidades inigualables para el escenario naval de Asia-Pacífico.
No estoy de acuerdo. Un SSN no es sólo el coste de adquisición, astronómico en coparacion con un diesel, es el coste de operación.
Es la creación de una infraestructura adecuada, es la formación de personal desde 0 y es mantener todo el sistema de propulsión que es mucho más que el reactor.
El U-212 o el Soryu son grandes submarinos pero no están diseñados para navegaciones continuadas a larga distancia.
Que un Virginia es un gran submarino oceánico no es dudoso, pero independientemente del tema político operarlos no es barato como ya saben ingleses o franceses.
La opción del SSN se planteó, y como se puede leer en los medios, el programa de submarinos australianos está bien dotado económicamente: 34.000 millones de euros, cuando el coste de seis Virginia serían alrededor de 13.000 y desde luego ofrecerían una solución “de verdad” al problema geoestratégico australiano.
El U-212 y el Soryu se han cruzado océanos. El 212 (recordemos que para Australia se ofrecía una versión más grande, el 216) ha ido a Estados Unidos batiendo el récord de un submarino AIP sin cargar baterías. El Soryu, como aparece en la foto del artículo, se recorre las 4000 millas que lo separan de Hawai para participar en RIMPAC.
De momento al Barracuda (SSN o SSK) no le hemos visto hacer nada de esto, porque a pesar de que la teoría dice que nadie compra un submarino sobre plano, Camberra ha decidido que esta vez sí.
Pingback: El rearme australiano. | Fuerza Naval
GENERAL DYNAMICS ELECTRIC BOAT DISEÑA Y CONSTRUYE LOS SUBMARINOS NUCLEARES MAS AVNAZADOS , Y SON ARMAS NO TRANSFERIBLES A NINGUN PAIS
Según las últimas noticias aparecidas en el periódico ” the guardian ” , el futuro proyecto australiano de submarinos construidos por DCN , podría súbitamente cambiar de rumbo ; veremos al final en queda todo .
Aún hoy 15 de enero de 2020 , persisten los problemas con el programa de submarinos australianos con los franceses de DCNS . Podría haber sorpresa inesperada después de todo ( adjudicación de contrato ) .
Y hoy , en Infodefensa , aparece en otra noticia relacionada con este asunto , por primera vez la palabra cancelación ( de contrato ) . ¿ Una segunda oportunidad para Navantia ?
Y parece que la cosa ( lo de la cancelación de contrato ) va en serio , porque casi un año después , vuelve a aparecer la misma noticia , ahora ya en diferentes y variados medios de información internacionales .