Estado de Alarma: ¿Qué pueden aportar las Fuerzas Armadas en la lucha contra el COVID-19?
La crisis del COVID-19 es, sin lugar a dudas, la mayor emergencia a nivel nacional de la que muchos tenemos memoria. Todas las Administraciones del Estado, regionales y locales han sido “llamadas a filas” para colaborar en la lucha contra este enemigo invisible. Pero ¿qué pueden aportar nuestras Fuerzas Armadas en esta emergencia principalmente sanitaria?. Desde Fuerza Naval queremos ofrecer un resumen que ayude a entender porque las capacidades de nuestras FAS son de vital importancia para el esfuerzo del Estado en esta emergencia.

¿CUÁL ES EL MARCO NORMATIVO?.
La declaración del Estado de Alarma, por Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo, otorga a las Fuerzas Armadas un importante papel, aunque poco definido.
Por un lado, el art 5.6 establece:
Para el eficaz cumplimiento de las medidas incluidas en el presente real decreto, las autoridades competentes delegadas podrán requerir la actuación de las Fuerzas Armadas, de conformidad con lo previsto en el artículo 15.3 de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional.
Este artículo de la Ley de Defensa Nacional de 2005 establece que las Fuerzas Armadas, junto con las Instituciones del Estado y las Administraciones públicas, deben preservar la seguridad y bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad u otras necesidades públicas.
Por otro lado, en lo referente a la garantía de abastecimiento alimentario, establece en el art 15.2:
Asimismo, las autoridades competentes podrán acordar la intervención de empresas o servicios, así como la movilización de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas con el fin de asegurar el buen funcionamiento de lo dispuesto en el presente artículo.

Pero quizás el aspecto más interesante sea el contenido en la Disposición Adicional Quinta, donde establece el Carácter de Agente de la Autoridad de los miembros de las FAS.
De acuerdo con la disposición adicional tercera de la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la Carrera Militar, en relación con los artículos 15.3 y 16 e) de la Ley Orgánica 5/2005, de 17 de noviembre, de la Defensa Nacional, los miembros de las Fuerzas Armadas en el ejercicio de las funciones previstas en este real decreto tendrán carácter de agentes de la autoridad.

Hasta ahora, sólo Policía Militar y UME tenían la consideración de agentes de la autoridad. El RD 463/2020 lo hace extensivo a todas las unidades que participen en la crisis, lo que obliga a acatar las instrucciones de los miembros de las Fuerzas Armadas que participen en los esfuerzos de lucha contra el COVID-19, incurriendo aquellos que las desobedezcan en un delito de resistencia a la autoridad.
¿QUÉ CAPACIDADES PUEDEN APORTAR LAS FUERZAS ARMADAS?.
Antes de empezar a hablar de capacidades concretas, hay que tener claro que el principal valor que aportan nuestras Fuerzas Armadas es una “mano de obra” de 120.000 miembros bajo una estructura disciplinada, jerarquizada y unida. El simple hecho de disponer de una masa crítica de personal (con una formación general en aspectos de seguridad, defensa Nuclear, Biológica y Química y un largo etcétera) aporta al Estado un importante recurso al que recurrir en caso de necesidad.

Pero, antes de entrar en materia, debemos tener en cuenta que las Fuerzas Armadas deben, continuar con sus misiones permanentes. No hablamos únicamente de los despliegues actuales, en Líbano, Somalia, Malí, Golfo de Guinea, Letonia, Turquía… donde nuestro compromiso con los aliados y con los intereses de España en el extranjero continúa, sino de esa labor discreta que día a día mantiene la seguridad de nuestro espacio aéreo, nuestros espacios marítimos y nuestro territorio. El Mando de Operaciones mantiene una vigilancia 24/7 con aeronaves, buques y otras unidades que garantizan nuestra seguridad ante amenazas “visibles”, mientras mantiene alistadas a las unidades necesarias para poder formar una Fuerza de Respuesta.

Cubiertas esas necesidades permanentes, ajenas tantas veces para el día a día de nuestros ciudadanos, aunque vitales para garantizar esa seguridad que permite el desarrollo de nuestra sociedad, el grueso de nuestras fuerzas, dedicadas normalmente al adiestramiento, pueden movilizarse para apoyar a la nación en el actual estado de alarma, tal y como han hecho en el marco de la Operación Balmis, así nombrada en honor al médico y militar español Francisco Javier de Balmis que en 1803 encabezó una expedición para vacunar de la viruela a la población de nuestras colonias en Suramérica.
EL APOYO SANITARIO.
En una crisis eminentemente sanitaria como la que nos sacude estos días, la primera pregunta que uno se hace es ¿qué pueden aportar las Fuerzas Armadas para apoyar al sistema nacional de salud?
Desgraciadamente, las últimas décadas han sido testigos del desmantelamiento de la masiva infraestructura de Sanidad Militar con la que contaba nuestro país. España cuenta ahora, únicamente, con dos hospitales militares: el Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla”, situado en Madrid; y el Hospital General de la Defensa, en Zaragoza.
Si bien muchos de sus hospitales fueron cedidos a las autonomías (es el caso del Hospital Militar de San Fernando, en Cádiz), otros, como el de Cartagena, están abandonados, y quizás su estructura permitiría albergar recursos adicionales para hacer frente a esta crisis.
Hoy día el núcleo principal de la capacidad sanitaria de las Fuerzas Armadas (que sufren desde hace años de una crónica carencia de médicos) está constituido por la Brigada de Sanidad del Ejército de Tierra. Esta Brigada dispone de dos agrupaciones, una en Pozuelo de Alarcón, Madrid, y otra en Zaragoza, apoyadas por una unidad logística.

Hasta julio de 2019 disponía de una Agrupación de Hospital de Campaña, que tenía a su disposición un ambicioso hospital desplegable ROLE 3 con 96 camas de hospitalización 16 de UCI. Sin embargo, la falta de recursos humanos y económicos obligo a su disolución el pasado verano.

En cualquier caso, son unidades acostumbradas a desplegarse, y podrían hacerlo para apoyar puntualmente a los servicios de salud de las autonomías en caso de que estos se vieran saturados.
Defensa ha movilizado además a oficiales médicos y enfermeros en la reserva para atender estas posibles necesidades.
La capacidad sanitaria de las Fuerzas Armadas no se reduce a la BRISAN del Ejército de Tierra. Los buques de proyección de fuerza de la Armada, por ejemplo, disponen de hospitales a flote que podrían unirse al esfuerzo sanitario nacional en caso de necesidad, a la vez que la práctica totalidad de las unidades de las Fuerzas Armadas tienen unidades reducidas de apoyo sanitario.

Menos conocido aún es el Centro Militar de Farmacia de la Defensa: una institución que constituye la única farmacia con capacidad de producción de medicamentos al servicio del Estado, que desde su planta en Colmenar Viejo lleva fabricando, desde hace años, medicamentos genéricos y de otra índole indispensables para los despliegues de nuestras Fuerzas Armadas (desde crema solar y repelente antimosquitos a los afamados antigripales militares).

Desde el inicio de la crisis, esta institución está apoyando la labor del Estado para frenar el avance del Coronavirus y entre otras misiones se le ha ordenado incrementar al máximo la producción de productos desinfectantes.

SEGURIDAD CIUDADANA.
En los últimos días hemos podido ver imágenes de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias colaborando con las patrullas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que controlan el confinamiento de la población española.

Esta labor de “Policía Militar” no es en absoluto exclusiva de la UME, cuya capacidad de proyección le ha permitido ponerse la primera en el mapa -y ante las cámaras-. Otras unidades de vocación terrestre como la Brigada Galicia VII, la Brigada Extremadura o el Tercio de la Armada han comenzado a ejercer estas misiones en ciudades como Vigo, Badajoz o Cádiz.

El Real Decreto del Estado de Alarma otorga a los militares que colaboren en las misiones de contención del COVID-19 el carácter de agentes de la autoridad, y podemos esperar nuevos despliegues a lo largo y ancho de nuestro territorio en apoyo de las FCSE, descargando a estas de labores como controles de carretera, vigilancia de infraestructuras críticas o control de aglomeraciones.

TRANSPORTE Y APOYO LOGÍSTICO.
Si hay algo que caracteriza a las Fuerzas Armadas es su capacidad logística.
El Ejército de Tierra mantiene una Brigada Logística con cinco agrupaciones distribuidas a lo largo y ancho de la península, y sus unidades operan miles de vehículos con capacidad de carga. Ya el pasado lunes vimos a efectivos de la Brigada Paracaidista transportando camas donadas por hoteles a hospitales de la ciudad de Alcalá de Henares.

Pero probablemente esto sólo sea el comienzo, pues como establece el Real Decreto de Estado de Alarma, las Fuerzas Armadas pueden llegar a contribuir en garantizar el abastecimiento de productos de primera necesidad. Utilizando trenes si hace falta.

También las unidades operativas pueden aportar medios para el apoyo logístico necesario para derrotar al COVID-19. Hace ya seis años vimos como un A-310 del Ejército del Aire se medicalizaba para evacuar al misionero enfermo de Ébola desde África.

Las Fuerzas Armadas cuentan con una importante flota de helicópteros y aeronaves que permitirían transportar de forma rápida material y personal indispensable para esta lucha, tal y como está haciendo la Aeronautica Militare en Italia, transportando personal médico a las zonas más afectadas y evacuando enfermos a hospitales con menor carga de trabajo.


El Ejército de Tierra cuenta también con un Regimiento especializado en Defensa Nuclear, Biológica (la que nos ocupa) y Química: el Valencia nº1. Este regimiento podría auxiliar en labores de descontaminación de zonas infectadas y en la instrucción de personal sanitario y de las FCSE en medidas de autoprotección.

Las unidades de zapadores e ingenieros del Ejército de Tierra también podrían colaborar en la lucha. El Ejército mantiene un Batallón de Castrametación, especializado en levantar campamentos de forma rápida y eficaz, proporcionando así infraestructura para acoger despliegues de personal o incluso para levantar hospitales de campaña, y sus unidades de ingenieros disponen de la maquinaria, la doctrina y el personal necesario para apoyar en la construcción de estructuras provisionales –campamentos, helipuertos, centros de distribución- que el Estado requiera para la lucha contra el coronavirus.

Como conclusión, las Fuerzas Armadas proporcionan al Estado, una vez más, una caja de herramientas manejada por más de cien mil hombres y mujeres profesionales y bien preparados para contribuir en cualquiera de las emergencias a las que deba enfrentarse la Nación.
Pero recuerda, mientras ellos trabajan, tu deber es #quedarteencasa.

He realizado últimamente , numerosos comentarios a favor de potenciar las capacidades económicas y por ende operativas de nuestras FAS , siempre de manera constructiva y adecuadas , teniendo como premisa sus posibilidades reales , atendiendo sobre todo a la situación temporal de todos los órdenes implicativos ( económicos , políticos y sociales principalmente ) . Y la verdad es que hasta hace bien poco no podía ni tan siquiera imaginar la catástrofe que se nos ha venido encima de la noche a la mañana . En realidad todo esto podría trastocar todo lo calculado y defendido por un servidor después de todo lo que nos está cayendo y cuyas consecuencias en el momento de redactar estas líneas sigue siendo un auténtico misterio de incalculables consecuencias . Sin embargo , analizando detenidamente la situación , lo que podría significar un frenazo y una involucion de todo lo desarrollado y defendido hasta hace justo unos días , me hace recapitular y pensar más fríamente que en realidad todo lo que está aconteciendo , podría tomar un valor y un significado completamente diferente de lo que a priori podría parecer ( presupuesto para Defensa al mínimo como ya ocurrió con la anterior crisis de 2008 ) . Me explico : la extraordinaria implicación y el inestimable concurso en el papel que están desempeñando nuestras FAS , en coordinación suplementaria junto a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en el apoyo de la población , para la contención de este mortífero coronavirus podría haber cambiado la percepción de nuestra sociedad para con estos estamentos , de manera radical en un futuro próximo y concederles la importancia denegada hasta la llegada de esta pandemia , por lo que la respuesta a esta incógnita , podría resultar precisamente todo lo contrario de lo que ocurrió en la anterior crisis y los aprendizajes que nos dejó . Para empezar una potenciación de la BRISAN y de la UME , hasta incluso unos niveles jamás ni tan siquiera adivinados , como elementos iniciales de este nuevo escenario ocasionado por esta crisis humanitaria . Pero es que además , esto podría ser una fuerza tractora para los demás estamentos de nuestras Fuerzas Armadas y terminar por contribuir a su definitivo relanzamiento estructural como herramienta básica ante los desastres de cualquier otro tipo , incluyendo en estas las hipotéticas guerras convencionales que nos podrían asolar de manera fulminante y este duro y doloroso aprendizaje puede haber colocado los mimbres de una nueva filosofía en cuanto al carácter , importancia y funcionalidad de nuestras Fuerzas Armadas en nuestra sociedad confiriéndole de las garantes capacidades dimensionales para repeler en el futuro las posibles agresiones de cualquier naturaleza que pudieran ocurrir .
De lo contrario , con el paso del tiempo , después de la crisis , iríamos perdiéndo capacidades poco a poco , hasta que llegáramos a un punto tal de obsolescencia , que cuálquier amenaza que se nos presentase , acabaría de un plumazo con la existencia de nuéstro país como tál . Por lo que se deduce , sólo hay 2 caminos posibles : uno lleva a la perdición ( éste mejor no problarlo , es endiabládamente peligroso y lleno de precipicios insondábles ) , y el otro debídamente explicado en el anterior mensaje . De ahí mis conjeturas expuéstas como respuesta final sobre dicha cuestión .