PORTAAVIONES VOLADORES: ¿FANTASÍA O REALIDAD?

Seguro que a más de uno de vosotros se le ha pasado por la cabeza. Militarmente, la idea parece brillante. Tecnológicamente se nos antoja fantástico, alejado de la realidad. Pero en la década de los 70, Boeing y Lockheed participaron en un estudio de la USAF para diseñar un avión capaz de transportar hasta diez “microcazas” y armarlos, abastecerlos de combustible, lanzaros y recuperarlos en vuelo.

El C-5 Galaxy fue uno de los aviones objeto del estudio de la USAF para actuar como portaaviones aéreo.

La idea no era nueva. Antes del final de la era de los “Zeppelin”, varias fuerzas aéreas habían experimento con ellos como nodrizas de pequeños aviones de caza colgados de su estructura.

El USS Akron, un dirigible de la marina de los Estados Unidos, fue probado como avión nodriza para pequeños aviones de caza.
El USS Akron en vuelo, en 1931.

En la década de los 60, Lockheed se atrevió incluso a proyectar un titánico avión de propulsión nuclear destinado a actuar, entre otras cosas, como portaaviones aéreo. Una idea que no prosperó por los riesgos que suponía tener un reactor nuclear en vuelo.

El CL-1201 era un proyecto mastodóntico de Lockheed para un avión de propulsión nuclear. Véase la comparación a escala con los aviones de línea en la parte trasera del dibujo.

Pero fue la aparición de los viables y gigantes Lockheed C-5 Galaxy y Boeing 747 lo que hizo que la USAF retomara la idea de disponer de un portaaviones aéreo, bautizado como AAC (Airborne Aircraft Carrier).

El AAC, o Airborne Aircraft Carrier, debía ser capaz de lanzar aeronaves, recuperarlas, rellenarlas de combustible y almacenarlas a bordo.

El primer reto era conseguir un caza capaz de ser almacenado en el fuselaje de estos dos aviones, seleccionados para el estudio inicial, y en número suficiente como para ser de utilidad para el combate en zonas donde, por ausencia de bases aliadas, no fuera posible disponer de cazas basados en tierra para apoyar las operaciones militares.

Uno de los escenarios de utilización planteados era Oriente Próximo. Aunque Estados Unidos disponía de bases en Turquía, el concepto de operaciones planteaba utilizar los AAC desde Reino Unido y utilizar una zona al oeste de Chipre para el lanzamiento de los cazas.
Otro de los escenarios planteados era el Océano Índico, donde la URSS disponía entonces de bases en Yemen y utilizaba Seychelles como fondeadero. Las grandes distancias a recorrer desde Diego García, la principal base americana en la zona, hacían considerar la utilidad del AAC.

Se estimó que este número mínimo era 10, y que el avión nodriza debía ser capaz de rearmarlos y de dotarles de combustible. Se analizaron diseños con alas de geometría variable que facilitaran su almacenaje a bordo del avión nodriza. El armamento consistiría en un cañón GAU-7 con hasta 400 proyectiles, 2 misiles AIM-9 Sidewinder en bodegas internas y 2 AIM-7 Sparrow (o 2 bombas de 1700 lbs, si la misión era aire-suelo) en las estibas bajo las alas.  

Algunos de los modelos de microcazas estudiados durante el desarrollo del proyecto.
Características de los cinco modelos estudiados.
Impresión artística del proceso de recuperación de uno de los cazas.

El proyecto, sin embargo, no conseguía dar respuesta a importantes preguntas: ¿qué autonomía tendrían los cazas? ¿la suficiente como para actuar fuera del alcance de la defensa aérea enemiga y no poner en riesgo al nodriza?; ¿cómo se desenvolverían los “microcazas” frente a los cada vez más capaces interceptores soviéticos?.

Impresión artística del armado de un microcaza a bordo del AAC.

El concepto, que contemplaba la actuación del avión nodriza junto con una aeronave tipo AWACS, fue considerado técnicamente viable en 1973, pero fueron todas estas incógnitas las que tumbaron uno más de tantos proyectos ambiciosos de la Guerra Fría.

El Boeing 747 fue el otro modelo de estudio para actuar como AAC. Boeing fue quién propuso inicialmente la idea a la USAF, pero esta decidió incluir un modelo de Lockheed, el C-5 Galaxy, para analizar varias alternativas.

Para más información sobre este proyecto, podéis visitar el informe original desclasificado en 2005 en este enlace.

4 comentarios en “PORTAAVIONES VOLADORES: ¿FANTASÍA O REALIDAD?

  • el 13 octubre, 2020 a las 07:24
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    No veo un portaviones volador en el futuro, seguro que la capacidad de desarrollarlo ya existe, pero el coste, el riesgo y la probable limitada operatividad lo desaconseja, pero otra cosa sería una lanzadera volante de dones, eso seguro que ya lo están sopesando.

    • el 31 enero, 2021 a las 02:44
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      Sí , por supuesto , en la bodega de carga del A-400M .

  • el 14 octubre, 2020 a las 05:45
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    Un avion portador de drones estaria bien hoy dia, serìa quizas menos comeplejo y menos peligroso imagino. Ademas hoy dia se estan desarrollando drones de combate stealth con capacidad de no solamente lanzar bombas sino tambien de atacar cazas!!

  • el 16 octubre, 2020 a las 01:13
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    Ya existieron en Rusia a principios del s. XX.

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