¿Y si España enviara un grupo de combate a Siria?
Schepke. 20.01.16.
¿Tiene España capacidad de enviar al Mediterráneo Oriental un grupo de combate con el Juan Carlos I como buque insignia? Hoy vamos a responder a esta pregunta, complementando así un artículo anterior en el que apostábamos por el despliegue de fuerza más probable si el gobierno salido de las urnas el 20-D decidía involucrarse activamente en la lucha contra DAESH.
El portaaviones Príncipe de Asturias, tras 24 años de servicio, no llegó a participar en ninguna acción real. Esto fue motivo de numerosas críticas sobre su utilidad, si bien las razones por las que nunca fue desplegado se resumen en dos: falta de voluntad política y excesivo coste de operación, al estar su propulsión basada en turbinas (hablando de nuestro anterior buque insignia, animamos a todos a firmar esta propuesta para salvarlo del desguace y convertirlo en un museo).
Es cierto que en la actual situación, una de las dos razones para no desplegar un grupo de combate sigue en plena vigencia: la falta de voluntad política, más en la situación actual en la que ni siquiera se ha formado gobierno y el ejecutivo anterior ha decidido postergar una decisión sobre nuestra participación en Siria para evitar perder votos.
Pero la pregunta es: ¿Tiene España capacidad para desplegar un grupo de combate aeronaval?. Y la respuesta es, sin lugar a dudas, sí. No sólo disponemos ahora de una plataforma como el Juan Carlos I capaz de realizar operaciones aéreas con una propulsión económica basada en generadores diésel, sino que además la Armada puede aportar una escolta eficaz y los medios necesarios para el aprovisionamiento de la fuerza.
En Fuerza Naval hemos decidido dejar volar nuestra inventiva y haceros partícipes de una idea que contribuiría a restablecer el papel de España en la escena internacional reforzando nuestra aportación en la lucha contra el DAESH.
Antes de hablar de la escolta que indudablemente debe acompañar a nuestro buque insignia, debemos hablar de su componente aéreo. El Juan Carlos I es un buque muy versátil, y existen muchas combinaciones posibles. En Fuerza Naval hemos apostado por la siguiente:
– 8 AV-8B Harrier II Plus, con la misión principal de realizar misiones de ataque sobre las posiciones de DAESH.
– 2 SH-3D Sea King, con la misión principal de transportar equipos de operaciones especiales. También servirían como helicópteros logísticos para el envío de personal y material entre los buques del grupo de combate.
– 1 SH-3D Sea King AEW, con la capacidad de incrementar la alerta temprana de la fuerza en caso de que la amenaza aérea aumentara.
– 2 Tigre, helicópteros de ataque del Ejército de Tierra, que tendrían como objetivo principal escoltar a los helicópteros de transporte.
– 2 AB-212, que complementarían a los SH-3D en las misiones de transporte de tropas y apoyo logístico.
Además del arma aérea embarcada, nuestro buque insignia podría embarcar grupos de operaciones especiales de la FGNE o de otros ejércitos, así como unidades con capacidades específicas como la URECO de Infantería de Marina, que tendrían como objetivo principal realizar misiones de SAR de combate, pero también acciones directas contra elementos terroristas, localización de objetivos y asesoramiento a las fuerzas que combaten al DAESH. El JCI también podría servir de plataforma para los MV-22 del SPMAGTF, basados en Morón.
En cuanto a la escolta de este grupo de combate, desde FN consideramos que la protección de nuestro buque insignia estaría garantizada por dos fragatas de la serie F-100 y una fragata de la serie F-80. Las F-100 ofrecerían la indispensable defensa aérea es un escenario donde ya se han producido enfrentamientos aire-aire. Las capacidades de sus misiles SM-2 se verían complementadas por las posibilidades de los AV-8B de actuar como aviones en patrulla aérea de combate, equipados con misiles AIM-120. La fragata de la serie F-80 complementaría este dispositivo de defensa aérea con sus misiles SM-1. No cabe duda que las capacidades de las F-80 son muy inferiores a las de la serie F-100, pero se trata de un tipo de buque que constituye más del 50% de nuestra fuerza de escoltas y que, en escenarios de intensidad media como Siria, todavía tienen mucho que aportar. Cada uno de estos escoltas puede ofrecer, además, protección contra otras unidades de superficie y contra submarinos. Cada uno de estos escoltas iría equipado con un helicóptero SH-60B, capaces de colaborar en la defensa de la fuerza.
El aprovisionamiento de la fuerza estaría garantizado por la presencia de uno de nuestros buques de aprovisionamiento al combate. Estos buques, además de proporcionar combustible, repuestos y víveres a las unidades del grupo de combate, aumentando su tiempo de permanencia en la mar, pueden servir para alojar a los grupos de operaciones especiales o como plataforma para los sistemas de UAV de la Armada, el Scan Eagle, que podría ser utilizado como sistema de inteligencia de la fuerza, a pesar de su limitado alcance de 62 millas desde el puesto de control. Además, puede embarcar helicópteros SH-3 para facilitar el aprovisionamiento de la fuerza y realizar otras labores logísticas.
Aunque poco probable, el grupo de combate podría ser completado por un submarino de la clase Galerna. Estas unidades, a pesar de haber sobrepasado los treinta años de servicio, servirían como disuasión a las fuerzas navales no OTAN presentes en la zona (mayormente unidades rusas). Pero sobretodo, se trata de excelentes plataformas de inteligencia que situadas a poca distancia de costa pueden recopilar información de gran utilidad para ayudar al mando a planificar sus operaciones. Ya en la Guerra de las Malvinas los submarinos británicos se posicionaron frente a los aeródromos argentinos para informar del despegue de los aviones de Buenos Aires, poniendo en alerta a sus compañeros de las unidades de superficie. En el escenario sirio, nuestros submarinos podrían realizar tareas que van desde vigilar movimientos de mercantes relacionados con el tráfico de armas hasta recopilar información mediante la interceptación de comunicaciones entre los combatientes sirios.
En definitiva, podemos decir que España tiene la capacidad, si bien carece de la voluntad política. Dados los compromisos actuales de nuestra Armada y el estado de los helicópteros de la FLOAN, establecer un grupo de combate como el definido en este artículo obligaría a reducir nuestro esfuerzo en otros escenarios. No podemos exigir la presencia constante de uno de nuestros buques de aprovisionamiento si la unidad que debe relevarlo se encuentra en Canadá. No sabemos si, dada la edad de los helicópteros de la Flotilla de Aeronaves, embarcar tan sólo dos AB-212 o cuatro SH-3D garantizaría la disponibilidad de aeronaves para realizar todas las misiones necesarias aún a pesar de los periodos de mantenimiento.
En cualquier caso, desplegar un grupo de combate alrededor del Juan Carlos I, si bien supondría un importante esfuerzo económico, humano y material por parte de la Armada, reforzaría sin lugar a dudas la posición internacional de España y permitiría demostrar nuestra capacidad de proyectar fuerza y colaborar con nuestros aliados en la lucha contra el terrorismo. El Príncipe de Asturias estuvo cerca, en varias ocasiones, de participar en operaciones ofensivas. Fue dado de baja sin alcanzar 25 años de servicio ni haber participado en una acción real. El gobierno de España tiene ahora la oportunidad de utilizar todo el potencial de su Armada para recuperar el lugar perdido en la escena internacional. Desde Fuerza Naval esperamos no tener que lamentar, dentro de, quizás, veinte o treinta años, que la falta de voluntad política impidió que nuestro buque insignia cumpliese con su misión en defensa de los intereses de nuestro país.
España debe luchar contra el estado islámico de Satanás.
¿Qué sentido tiene desplegar un grupo de combate a Siria para atacar fantasmas en el desierto? Mover todos esos barcos para que 8 harriers busquen a los del DAESH en los inmensos desiertos sirios es un despilfarro. Si queremos bombardear al DAESH es más barato enviar los Eurofighters de Morón de la Frontera a la base OTAN más cercana al enemigo, y desde allí brasearlos a base de bien. Además podríamos llevar misiles Taurus que pueden ser lanzados desde diversas plataformas con precisión absoluta. A esa base podríamos enviar los helicópteros Tigre. Esto sería una serie de ataques quirúrgicos. Este despliegue que menciono es mil veces más barato que el coste de todo el otro operativo mencionado en el artículo. Porque al fin y al cabo, 15 eurofighters y 8 Tigres son más efectivos y mejores que 8 Harriers. ¿O no?
Salvo por el nada desdeñable hecho de que los Eurofighter españoles todavía no tienen capacidad de ataque a tierra…
Esa capacidad la tendremos dentro de no mucho en todos los eurofighter Tranche-2, pero……… ¿si en lugar de ellos enviásemos los F-18, que para eso están?.
Un saludo.
Mal, si un ejercito que no ha sido invitado por el gobierno legitimo sirio, entra en un país para hacer lo mismo que ya hacen otros (USA-Trukía-Israel) sobre todo con lo que España tiene encima, ¿ habría que gastar mas dinero de los contribuyentes para saciar los deseos bélicos de gente como tu ?.
El ejercito español no debería ser usado para repetir lo que ya hicieron EE.UU., Inglaterra y España en Afganistán.
El ejercito español tiene la finalidad de proteger al pueblo español, punto!
Si tanto te gusta la guerra y las intervenciones militares, vete tu mismo a luchar en Siria, pero paga todo lo que llevas con tu dinero, no con el mio, ¿a ver si eres tan valiente?.
😉
Falso. El DAESH era una ameza real al territorio español.. Estaria de sobra justificada una acción. Despues del ataque de las ramblas
En afganistan se actuo con resolucion de la ONU por su relacion con el 11 S. Por lo tanto no fue una guerra ilegal. Cosa que si fue Irak.
El ejercito español esta para defender el territorio y los INTERESES Españoles en el exterior.