Operación Sandblast.

Hace unos días hablábamos en nuestra página de Sea Orbit, la operación con la que la US Navy demostró la capacidad de una fuerza de buques de superficie de propulsión nuclear de circunnavegar el globo sin reabastecerse en 1964. Pero existía un precedente: el submarino USS Tritón, que tras rodear la Tierra sumergido en 1960, se había adelantado cuatro años a la gesta de la Task Force One.

La idea original le pertenecía al Capitán de Navío Evan P. Aurand, asistente naval del presidente Eisenhower. Su mayor preocupación era la posibilidad de perder la oportunidad de hacer una demostración tecnológica de ese calibre, tras haber visto como la Unión Soviética adelantaba a los Estados Unidos en la carrera espacial.

Apenas un año antes del comienzo de la operación Tritón, la marina soviética había recibido sus primeros submarinos de propulsión nuclear de la clase November, y todo apuntaba a que intentarían circunnavegar el globo. Dado que en mayo de 1960 estaba prevista una reunión entre Eisenhower y Khrushchev -un momento que sin duda ambas superpotencias aprovecharían para demostrar su capacidad tecnológica y militar-, Aurand propuso al Jefe de Operaciones Navales (CNO), Almirante Arleigh Burke, el “Proyecto Magallanes”. Este último, consciente de los beneficios que completar una misión como aquella aportaría al prestigio de la US Navy y de los Estados Unidos, no dudó en aceptar.

Para la misión se designó al USS Tritón, el submarino nuclear más potente y más caro en servicio en la marina americana. Su planta propulsora, compuesta por dos reactores, le permitía dar una velocidad de hasta 30 nudos en inmersión. Su comandante era además un oficial de renombre, el Capitán de Navío Edward L. Beach, veterano de la II Guerra Mundial y excelente narrador de su experiencia en combate, autor de libros indispensables como “¡Submarino!” y “Run Silent, Run Deep”.

"Run Silent, Run Deep", una de las novelas escritas por Edward L. Beach.
“Run Silent, Run Deep”, una de las novelas escritas por Edward L. Beach.

El Tritón había sido entregado a la marina de los Estados Unidos en noviembre de 1959. A comienzos de 1960 aguardaba la orden de comenzar su crucero de resistencia, que debía llevarle a aguas europeas. Sin embargo, el Capitán de Navío Beach recibió la orden de personarse en Washington para una reunión secreta en el Pentágono el día 4 de febrero. Aquel día nació la Operación Sandblast: el crucero de resistencia del Tritón sería en realidad una navegación alrededor del globo que serviría no sólo para demostrar el potencial de la fuerza submarina de propulsión nuclear de los Estados Unidos, sino también para llevar a cabo experimentos de diversa índole.

El Capitán de Navío Edward L. Beach a bordo del Tritón.
El Capitán de Navío Edward L. Beach a bordo del Tritón.

Su ruta debía emular la primera circunnavegación de la historia, iniciada por Magallanes y finalizada por el marino español Juan Sebastián de Elcano. Se trataba de una operación secreta, de la que no se informaría a la dotación (a excepción de los oficiales y el suboficial más antiguo) hasta estar en alta mar. La derrota se preparó en una sala de cartas secreta en el cuartel general de las fuerzas submarinas del Atlántico. Como el crucero de resistencia inicial tenía prevista una duración menor –y embarcar 35 toneladas de víveres para 120 días de vuelta al mundo no es una tarea que pudiera pasar desapercibida- se “engañó” a los suboficiales y a la marinería diciéndoles que tras visitar Europa harían unas maniobras en el Caribe.

Derrota del Tritón en su circunnavegación.
Derrota del Tritón en su circunnavegación.

A bordo viajarían, desconocedores de la proeza que el Tritón se proponía acometer, un fotógrafo de National Geographic, un psicólogo del Centro de Estudios Médicos de Submarinos, un geofísico, un oceanógrafo, un ingeniero encargado del primer sistema de navegación inercial embarcado en un submarino y un representante de Electric Boat, fabricante del submarino.

Tras realizar un estricto protocolo de pruebas de mar el 15 de febrero de 1960, el 16 de febrero el Tritón se hacía a la mar desde la base de submarinos de New London, Connecticut. 24 horas después de dejar puerto, el Comandante Beach informaba a toda la dotación –que empezaba a preguntarse porque navegaban con rumbo SE si su destino era Europa- de la verdadera naturaleza de su misión.

Es fácil imaginar el entusiasmo con el que la dotación del Tritón asumió su misión. Beach, consciente del esfuerzo que iba a requerir de cada uno de ellos, decidió mantener un nivel de actividad “no muy elevado”, con ejercicios los lunes, martes, jueves y sábados, con limpiezas y mantenimientos los viernes y con los miércoles y los domingos como días de descanso.

Es necesario recordar que nos encontramos en 1960, con submarinos sin GPS, sin navegación inercial (aunque el Tritón llevara a bordo el primer prototipo) y sin generadores de oxígeno. Todas las noches la nave del Comandante Beach debía subir a regenerar la atmósfera interior para garantizar una concentración de gases admisible, pero también a obtener una situación por observación de cuerpos celestes a través de un sextante acoplado al periscopio.

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El 24 de febrero, el Tritón pasaba junto al archipiélago de San Pedro y San Pablo, punto de partida “real” de su viaje alrededor del mundo. Horas después cruzaba el Ecuador por primera vez, celebrándolo, como buenos marinos, con un banquete y fiesta para el Rey Neptuno.

Ceremonia de paso del Ecuador a bordo del Tritón.
Ceremonia de paso del Ecuador a bordo del Tritón.

Navegando en demanda del Cabo de Hornos, la misión estuvo a punto de fracasar. A nuevas incidencias con la planta de propulsión nuclear se sumaba un serio problema médico. Uno de los suboficiales sufría un fortísimo cólico nefrítico que obligaba a evacuarle. Al empeorar su situación, Beach decidió contactar con su cuartel general, que concertó un encuentro en las proximidades de Montevideo con el crucero Macon. Preocupado por la posibilidad de fracasar en su misión, pero también por la salud del suboficial enfermo, Beach decidió intentar una evacuación sin soplar lastres (es decir, sin hacer superficie), exponiendo únicamente la altura de vela necesaria para permitir la apertura de la escotilla superior.

Tras completar la evacuación con éxito, el Tritón continuo con rumbo al Cabo de Hornos, entrando en el océano Pacífico el día 7 de marzo. Tras perder el sondador por un mal aislamiento del cableado, su única forma de evitar una colisión con una “aguja” no cartografiada era emitir continuamente con el sonar activo para detectar cualquier obstáculo por la proa. Pese a todo, la dotación del Tritón, comprometida con el cumplimiento de la misión, no se rendía, y acometía reparaciones muy superiores a las que correspondían a ese primer escalón de mantenimiento, llegando incluso a fabricar dos prototipos de sondadores artesanales, uno de ellos basado en… ¡una olla de cocina!.

Su derrota les llevaba por las proximidades de la Isla de Pascua, y más tarde, de Hawai. El día 23 de marzo, el Tritón atravesaba la línea internacional de cambio de fecha y el 28 llegaba a Guam. A continuación pondría rumbo a Filipinas, a donde llegaría el 1 de abril, avistando al periscopio el monumento dedicado a Magallanes en la isla de Mactán, último lugar que pisaría con vida el célebre marino portugués.

Ese mismo día, el Tritón fue detectado por un inesperado espectador: un joven filipino subido a una canoa que miraba con atención el periscopio que dejaba una singular estela a apenas cincuenta metros de él. El Comandante Beach, que le observada desde el periscopio de su modernísima nave, comentaría sobre este singular encuentro: “Menudo abismo -siglos de desarrollo científico- nos separaban a él y a mí” (por cierto, la revista National Geographic identificaría meses después a este joven como Rufino Baring, un pescador de diecinueve años que relataría aquel momento como un encuentro con un monstruo marino).

Rufino Baring pasando un mal trago...
Rufino Baring pasando un mal trago…

El 3 de abril el Tritón se adentraba en el océano Índico a través del Estrecho de Lombok, donde el cambio en la salinidad del agua (y por tanto en su densidad) le haría perder 40 metros de cota en apenas 40 segundos. Durante su navegación en demanda del Cabo de Buena Esperanza, se llevó a cabo una prueba de “resistencia” de la atmósfera. Prescindiendo de la renovación de atmósfera nocturna, el Tritón resistió catorce días, generando oxígeno a través de “candelas”, unos artilugios cuya combustión produce este gas necesario para la vida, y eliminando el dióxido de carbono a través de un producto químico. Durante tres de estos días se prohibió a la dotación fumar, en un singular experimento que sirvió al psicólogo de a bordo para determinar los nocivos efectos (psicológicos, al menos) de la abstinencia del tabaco en las personas –argumento que sirvió para, posteriormente, prohibir fumar a bordo de la flota submarina de los Estados Unidos-.

El día 17, el Tritón doblaba el Cabo de Buena Esperanza y entraba de nuevo en el Atlántico. El 25, avistaban de nuevo el archipiélago de San Pedro y San Pablo, completando así la primera circunnavegación submarina. Pero aún quedaba un hito por cumplir: con objeto de honrar la derrota original de Magallanes, el Tritón navegó en demanda de las costas de Cádiz, donde se ubica el puerto de Sanlúcar de Barrameda, punto de origen del viaje de este marino portugués al servicio de la corona española, a cuyo ayuntamiento se le entregó una placa conmemorativa del viaje de este submarino americano.

La vuelta al mundo del Tritón.
La vuelta al mundo del Tritón.

El 10 de mayo, el Tritón hacía superficie en las proximidades de Delaware. El comandante Beach sería helitransportado ese mismo día a Washington para la rueda de prensa que el presidente Eisenhower daría a la prensa anunciado la proeza de la nave y la dotación de este héroe de la II Guerra Mundial. El día 11, con el Capitán de Navío Beach de nuevo a bordo, el Tritón atracaba en su base de New London.

Momento en que un helicóptero recoge al Comandante Edward L Beach para llevarle hasta Washington.
Momento en que un helicóptero recoge al Comandante Edward L Beach para llevarle hasta Washington.

Finalizaba así la Operación Sandblast, en las que el Tritón, manteniendo una velocidad media de 18 nudos, había circunnavegado el globo en 60 días, había cruzado el ecuador cuatro veces, y había alcanzado el record (que aún ostenta) de la circunnavegación más rápida de la historia.

Parche del submarino USS Tritón.
Parche del submarino USS Tritón.

Pero además, la Operación Sandblast serviría para recoger una gran cantidad de datos oceanográficos, hidrográficos y geofísicos. Se recogieron muestras de agua de cada uno de los tramos de su derrota, permitiendo analizar las condiciones de propagación acústica que la fuerza submarina americana encontraría en cada una de sus zonas de operaciones. Se registraron datos de corrientes marinas, de variaciones del campo gravitatorio terrestre, de accidentes oceanográficos no cartografiados.

Por otro lado, se comprobó la bondad del sistema de navegación inercial y de su empleo a bordo de submarinos, y se recibieron por primera vez comunicaciones en la banda de muy baja frecuencia (VLF) a través de boyas de comunicaciones largables. Ambos sistemas serían vitales para el desarrollo de la entonces recién creada fuerza de disuasión nuclear submarina.

Por último, los estudios psicológicos llevados a cabo a bordo sirvieron para determinar los efectos de las durísimas condiciones de aislamiento a las que están sometidos los submarinistas, estudios que sirvieron incluso a la NASA para el desarrollo de su programa de vuelos espaciales tripulados.

Pero por encima de todo, la gesta del Tritón sirvió para reafirmar la superioridad tecnológica –al menos en cuanto a propulsión nuclear y fuerza submarina- de los Estados Unidos frente a la Unión Soviética, a pesar de que la prevista reunión de París entre Khruschev y Eisenhower, así como otros actos dirigidos a publicitar la proeza del Comandante Beach y su dotación, fueran cancelados tras el derribo del U-2 de Gary Powers.

En cualquier caso, la Operación Sandblast recibió una amplísima cobertura mediática. Artículos en las revistas y periódicos más importantes del país, entrevistas en televisión a miembros de la dotación, documentales, libros, conferencias… La dotación recibió diversas consideraciones, siendo quizás la más reseñable la “Presidential Unit Citation” con una pequeña esfera terrestre dorada que distinguiría a los integrantes de la tripulación del Tritón por completar con éxito esta odisea del Siglo XX.

Presidential Unit Citation con el globo terrestre dorado.
Presidential Unit Citation con el globo terrestre dorado.

Para el que quiera ver algunas interesantes imágenes sobre este viaje, os dejamos este documental…

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